Perdona
La historia de la humanidad, respecto a su creador, se resume en el acto del perdón. En la Biblia es uno de los temas más importantes y relevantes, resaltado en las historias de muchas personas que cometieron pecados, pero Dios los perdonó y los restauró por amor y obra de Cristo en la Cruz. Por el sacrificio de Jesús y a través de Su perdón, todos podemos experimentar el amor de Dios de manera más íntima y personal.
Para alcanzar la verdadera paz debemos alcanzar el perdón de nuestros pecados en Él y perdonar a nuestros semejantes, ya que este acto es la forma en que Dios nos ayuda a resolver los conflictos y las heridas que podamos conservar del pasado.
La falta de perdón nos trae amargura, resentimiento, enemistad y deseo de venganza, consumiendo nuestra paz interior y nuestro gozo, además de que esto nos impulsa a veces a lastimar a otros. Perdonar significa disculpar a alguien que nos ha ofendido y no tener en cuenta su error o falta. Jesús enseñó a sus discípulos que somos perdonados cuando perdonamos a quienes nos han ofendido (Lucas 11:4), y también habló de la misericordia que debemos mostrar a los demás cuando Pedro le pregunta al Señor cuantas veces debemos perdonar, y Él responde "No te digo hasta siete, sino aún hasta setenta veces siete". (Mateo 18:22)
La misericordia de Dios para con nosotros es infinita. De hecho, no podríamos enumerar y mucho menos olvidar, todas las veces que Dios nos ha perdonado. Mas bien, debemos seguir en todo tiempo el ejemplo de Jesús, perdonando a quienes nos han ofendido, traicionado, o herido; solo así podremos ser libres.
Cuando no perdonamos detenemos el poder de Dios y bloqueamos Sus bendiciones. El perdón es una decisión, y es dar a la persona, no lo que merece, sino lo que necesita.
Algunas afirmaciones importantes que debes considerar a la hora de perdonar:
- El perdón a otros es una decisión: Es un acto que sólo tú puedes conceder. Decide entonces entregar todo el daño que te hayan hecho y confía en que Dios será quien obre con justicia en esas circunstancias.
- Permite que Dios obre constantemente en tu corazón. Dale a Él un lugar de eminencia y el señorío de tu vida. El traerá a luz todo dolor en tu corazón, permitiendo que puedas iniciar el proceso de perdonar y pedir perdón.
- No esperes a sentir el deseo de perdonar. Te aseguro que eso jamás llegará a suceder. Nuestras emociones y sentimientos serán los que dominarán nuestras acciones. En cambio, si obedecemos a Dios y perdonamos, nuestro corazón comenzará a sanar y alcanzaremos la victoria.
- Perdonar no significa que olvides la ofensa. No podemos dejar a un lado nuestro pasado o las experiencias de la vida, pero a través del perdón podemos ser libres de todo sentimiento adverso que nos genera el pasado. Sigamos el ejemplo de Dios mismo que "olvida nuestros pecados y no se acuerda más de ellos" (Hebreos 10:17). Este pasaje no significa que Dios 'olvida' nuestras faltas, sino que Él no usa nuestros errores en contra nuestra. Sabrás entonces que has perdonado cuando al recordar lo que te hubieren podido hacer no produce en ti ningún sentimiento negativo.