Rompe las Cadenas

15.05.2023

Como nuevas criaturas en Cristo, debemos permitir que el Señor irrumpa en las áreas de nuestra vida que nos impiden un crecimiento saludable e integral respecto a nuestra relación con Él, por lo que debemos renovarnos y revestirnos de la nueva creación procurando una vida recta y santa.
Dios nos creó como seres "emocionales" y por consiguiente experimentamos muchas reacciones, tales como la alegría, el miedo, el enojo y la ira. La Biblia nos aconseja en el libro de Efesios 4:26 "Si se enojan, no pequen. No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol", esto quiere decir que Él sabe que muchas veces vamos a tener que reaccionar ante ese sentimiento y por eso nos advierte para que no le demos oportunidad al diablo de intervenir en nuestra reacción, evitando así palabras groseras, injuria y por supuesto el rencor y la maldad.
El apóstol Pablo nos dice que en todo tiempo debemos ser bondadosos, compasivos y perdonar así como Dios nos ha perdonado por medio de Jesucristo (Efesios 4:23-32). Por otro lado, fingir que no estás enojado tampoco es conveniente, pues lo único que logras es guardar esa emoción internamente y provocar otras reacciones nada positivas tales como culpar a otros o juzgar, agravando así el problema y dejándolo sin resolver. Dios quiere que nosotros aprendamos a controlar la ira en vez de que la ira nos controle a nosotros. Para lograrlo puedes seguir estos consejos bíblicos relevantes:

  • Pide a Dios humildad y valentía para enfrentar la situación en la primera oportunidad que tengas.
  • ​Si estás molesto o enojado, trata con ese sentimiento sin demora. No lo entretengas ni reacciones con ira contra alguien más, esperando que ellos se den cuenta del problema y se disculpen.
  • No culpes a nadie ni a las circunstancias. Si lo haces, evades tu responsabilidad y provocas que la ira crezca de manera desmedida, descargando viejos resentimientos y amarguras.
  • Las emociones negativas perjudican el área espiritual y física.
  • Estas emociones estorban tu relación con Dios, con tu familia y amigos, actuando como una pesada bola de acero atada a ti que tendrás que llevar a todas partes.
  • Recuerda, lo más importante, es que la ira entristece al Espíritu Santo que vive en ti. Te recomendamos guardar la unidad en el vínculo de la paz y del amor, que es Jesús. Actúa como un seguidor de Cristo, perdonando así como Dios también te ha perdonado.


Dios te invita a extender de Su gracia hacia otros, aún antes de que ellos te pidan perdón. Y sobre toda circunstancia, decide siempre perdonar a tus ofensores, sólo así tendrás paz, no llevarás heridas en tu corazón y podrás continuar con una vida de victoria en Cristo.